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  • Foto del escritorMarco Chayo

El elefante sumiso

Resumen de una fábula que deja una buena enseñanza…

Joe era un pequeño elefante que fue acogido en uno de los circos más famosos de Europa luego de haber quedado huérfano en África, debido a la muerte de su madre por unos cazadores.

Al llegar al circo, fue anclado al suelo con una gran estaca de madera y una gruesa cadena de hierro rodeando una de sus patas. El pequeño Joe, asustado y sin entender qué sucedía, comenzó a tirar de la cadena para intentar librarse. Empujó, tiró y se sacudió, pero sus esfuerzos fueron en vano. Por más que lo intentaba, no podía soltarse, porque la cadena era mucho más fuerte que él. Ya cansado y sin energía, el pequeño elefante cayó rendido en su primera noche en el circo.

Al día siguiente, tras haber recuperado algo de sus fuerzas, continuó con su intención de librarse, pero por más que trataba de soltarse, sólo conseguía hacerse daño. Y así pasaron los días… hasta que, finalmente, decidió resignarse y darse por vencido.

Así pasaron los años y Joe creció hasta alcanzar una altura y peso considerables. Era la atracción principal del circo. Los niños se agrupaban para apreciar su enorme tamaño e imponencia. Los adultos se sorprendían con la gran fuerza y, a la vez, sumisión del animal. Durante el show, recibía aplausos, sonrisas, comida y montones de cuidados. Pero, al terminar la función, siempre era encadenado a una pequeña y vieja estaca, la misma que lo había tenido prisionero todos esos años. Y, aunque tenía la fuerza de una bestia y podría arrancarla del suelo sin problema, jamás volvió a intentar liberarse porque en su mente tenía claro que, por más que se esforzara, nunca iba a poder conseguirlo.


Este relato nos sirve para entender que:

Muchas veces nosotros somos como el pequeño Joe. Tenemos pensamientos atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Creemos que no podemos hacer realidad los sueños e ilusiones que tenemos, porque un día lo intentamos con mucho esfuerzo y no pudimos conseguirlo. Desde entonces, tenemos en nuestra mente las palabras: “No puedo” y “Nunca podré”.

Es momento de que arranques esa estaca que te detiene y seas libre. Es momento de que te enfrentes a todas esas limitaciones que tú mismo te pones. Es momento de que lo intentes con todas tus fuerzas y no descanses hasta lograrlo. Es momento de emprender…

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