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  • Foto del escritorMarco Chayo

La liebre y la tortuga

Este es el resumen de una fábula infantil que deja una buena enseñanza...

-Había una vez, una liebre muy orgullosa y vanidosa que se burlaba de las patas cortas y de la extrema lentitud de una tortuga.

Tortuga, ¡no corras tanto! exclamaba ruidosamente la liebre.

Cansada de las burlas de la liebre, ésta le dijo un día: "Puede que seas muy veloz, pero estoy segura de poderte ganar una carrera”. Sorprendida pero muy confiada de ganar, la liebre aceptó el reto. Así llegó el día de la carrera, y mientras la tortuga no dejaba de caminar a paso muy lento, la liebre corrió rápidamente y al ver seguro su triunfo decidió echarse a descansar y en un momento se quedó dormida.

Poco después cuando ella se despertó, vio con pavor que la tortuga se encontraba a tan solo tres pasos de la meta. En un sobresalto, salió corriendo con todas sus fuerzas, pero ya era muy tarde: ¡la liebre vio a la tortuga llegar a la meta y ganar!



Este relato nos sirve para entender que la opción de emprender es una maratón, no una prueba de velocidad. En ella no existen atajos ni las llamadas fórmulas mágicas para llegar a la meta; sólo aquel perseverante y trabajador es el que consigue triunfar en el área de los negocios. No existe el éxito fácil, y a la vez nunca te duermas en los laureles. No sabes cuándo un competidor pueda superarte y dejarte atrás.

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